https://doi.org/10.25058/20112742.n40.12
Marcos Díaz Videla
http://orcid.org/0000-0002-8792-4593
Instituto Iberoamericano de Antrozoología (IIAZ), Argentina
mdiazvidela@hotmail.com
Resumen:
El vínculo humano-animal ha fluctuado históricamente, condicionado por nuestra tradición sociocultural. En esta evolución, las mascotas ocuparon un rol destacado, en tanto su proximidad hacia los humanos resultó en una ambivalencia que cuestiona la separación humano-animal. Su análisis identifica dos procesos complementarios que favorecen la proximidad interespecies: el antropomorfismo y el posicionamiento antiantropocéntrico. Estos se manifiestan más intensamente en el vínculo con los perros y tienden a desafiar dicotomías occidentales como persona/no-persona, humano/animal y sujeto/objeto. Estas tendencias, combatidas tradicionalmente por subversivas, en la actualidad continúan siendo indiscriminadamente cuestionadas a partir de su presunto impacto negativo en el bienestar animal, el cual no se ha manifestado consistentemente en estudios. En paralelo, la selección antropomórfica, claramente en detrimento de los animales, parece gozar de mayor aceptación en tanto no cuestionaría la distinción humano-animal instituida. Se destaca la necesidad de repensar a los perros en su especificidad, evaluando su bienestar con parámetros intrínsecos.
Palabras clave: animales de compañía, antropocentrismo, antropomorfismo, mascotas, vínculo humano-animal.