DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.234

Emily Wamsley
emily@walmsley.net
Universidad de Manchester

Resumen:

Por toda la diáspora Africana, «ser negro» ha sido asociado con la habilidad de bailar rítmicamente. Esta asociación muchas veces es naturalizada en discursos populares que sugieren que las personas negras tienen un sentido de ritmo innato—que llevan el ritmo «en la sangre». Esta caracterización es a veces apropiada por individuos que se auto-identifican como negros, y los cuales consideran sus habilidades de baile como parte importante de su identidad racial incorporada. Estas representaciones de raza son una fuerza poderosa para formar relaciones sociales y por lo tanto es esencial entender como son reproducidas y hechas significantes en la vida diaria. Este artículo intenta de hacer eso mismo, analizando el enlace
naturalizado entre raza y ritmo en el caso de Esmeraldas, Ecuador. Utilizando material detallado etnográfico de esta ciudad, se enfatiza los procesos cambiantes, muchas veces ambiguos, de identificación racial. Se cuestionan detalladamente las relaciones entre cuerpos y discurso, y se resalta el significado de contextos sociales y políticos particulares en la construcción de diferencias raciales.

Palabras clave: raza, representación, baile, identidad, corporeización.