DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.207
Ulrich Oslender
uoslender@geog.gla.ac.uk
University of Glasgow, Scotland UK
Resumen:
Nos encontramos en un momento histórico crucial para la redefinición de relaciones políticas, económicas y sociales, caracterizado por crecientes polarizaciones y el establecimiento de un solo superpoder con aliados cambiantes. Dentro de este escenario la guerra como herramienta e intervención para abrir nuevos terrenos a intereses económicos específicos ha adquirido un papel importante. Voy a argumentar en este artículo que hay un cambio cualitativo en las guerras contemporáneas hacia nuevas «guerras geo-económicas» que frecuentemente involucran actores extra-estatales. Como estos fenómenos han adquirido una dimensión global, ya no se dejan resolver únicamente en el campo regional o nacional. Frente a estos procesos políticos y económicos de una globalización agresiva existe la necesidad de crear también la globalización de resistencia, de solidaridades, de justicia, y de paz.
Voy a contextualizar este debate con los ejemplos de 1) las movilizaciones que tuvieron lugar en Gran Bretaña en contra de la más reciente Guerra en Irak, y 2) las formas de resistencia de comunidades negras de la región del Pacífico colombiano frente a la guerra que se ha desencadenado en los últimos años en esta región. Propongo examinar entonces dos ejemplos de resistencias localizadas que están inscritos a la vez en un movimiento global contra las nuevas guerras geo-económicas.